Queridos hermanos, esta es una semana especial para adorar y alabar a Nuestro Señor Jesucristo, a ese amigo fiel que lo entregó todo por ti y por mí. He querido hacer esta enseñanza conforme a la historia del hijo pródigo, toda vez que, a través de la misma, el Señor nos muestra el carácter de Dios, el respeto hacia el libre albedrío que le otorga al ser humano para que viva en libertad y escoger el rumbo a seguir: el camino del bien, respetando los mandamientos y designios de Jehová o el camino del mal desviándose de sus mandatos.
Las personas toman sus propias decisiones, sin estar sujetos a presiones, limitaciones o designios divinos.
En la historia del hijo pródigo vemos como el hijo menor le exige a su padre que le diera todos los bienes que le correspondían, sin tener en cuenta el daño que le haría a ese padre tras su partida o al quitarle parte de sus bienes que con el sudor de tantos años de trabajo había conseguido con el favor de Dios. Se habla de un hijo pródigo porque malgasta su patrimonio sin justificación, perjudicando a la familia. Por otra parte, vemos la debilidad en la que cayó este hijo menor al dejarse seducir por las tentaciones y los placeres del mundo. Muchos de nosotros nos dejamos seducir por los deseos de la carne o nos olvidamos de lo que establece la palabra de Dios: "Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre”, (Proverbios 1:8), porque adorno de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello.
En esta parábola se ve reflejado el egoísmo, la dureza de corazón, dejando en descubierto lo poco que le importaba su padre a este hijo al dejarse llevar por el materialismo, pidamos a Jehová para que jamás permita que caigamos en estas conductas, que nos guarde de toda avaricia porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Así como este hijo pródigo, jóvenes y adultos se ven seducidos a diario por placeres en los que piensan que encontrarán felicidad, sin saber que esto los pueden llevar a estar en sentido contrario a lo que nuestro Padre Amado quiere, cayendo en rebelión y llevándonos por caminos de destrucción. Debemos tener cuidado porque cuando nos alejamos de Dios, vamos a estar en lugares apartados en donde tal vez el Señor no pueda protegernos, como como le ocurrió a este hijo menor, el cual estuvo en inmoralidad, borracheras, drogas, malas amistades y ambición, dándole gusto a su carne. Por otra parte, vemos como cae en una vida de placeres temporales que poco le duro pues todo se lo gastó rápidamente.
Reflexionemos frente a estos tiempos, el temor y la incertidumbre, se han hecho parte de nuestras vidas porque hemos sido testigos de todos los hermanos que se han ido de nuestro lado y que han partido de este mundo por causa de enfermedades que en su momento no han tenido cura. Y me pregunto: ¿De que le ha servido el dinero, el poder, el orgullo, la altivez a la humanidad?. Aprendamos atesorar para el Señor y no para nosotros mismos, la sabiduría del Señor es fundamental para tener vidas en la gracia y paz de Jesús de Nazarerth.
La felicidad depende de Dios, escrito está en la palabra: amarás al Señor tu Dios con toda tu alma y con todo tu corazón. Todo en este mundo es prestado, somos administradores de lo que Jehová nos dio, no te apegues tanto a lo material porque un día puedes no tener nada, pero sabes algo: a Dios siempre lo tendrás, será quien te fortalezca en los momentos de angustia. Evita juzgar a los demás y trata de ser como el Señor, misericordioso, compasivo y bondadoso. Aprende amar sin medida, sin esperar nada a cambio, miremos como este padre en la parábola le restituyó los derechos a su hijo, no quiso escuchar sus explicaciones, solo lo aceptó y abrazó con amor.
Muchos tienen es a un Dios de emergencia en momentos de desesperación o cuando quieren satisfacer los deseos vanos de la carne, quieren llevar una vida sin pruebas, aflicciones y que todas sus oraciones sean contestadas, de lo contrario se enojan con el Señor. Cambia de actitud, Jesucristo debe ser tu modelo a seguir, obedécele y conócelo para que te deleites en su presencia. Necesitamos volver a casa, que ese primer amor que Jesús sembró en nosotros, sea más intenso y volver al amor inicial. Recuerda Dios te busca porque nos ama, por eso sentimos la necesidad de conocerlo y buscarlo. El verbo amó y obedeció a su Padre, te amo a ti como así mismo, nos dio la vida eterna y nos regresó a casa a costa de su vida.
Para finalizar, solo puedo decirles: Tenemos a un Dios de pacto que cumple sus promesas, haz que tu bendición se haga realidad, grábate esta palabras en tu mente y corazón.
CONFÍA EN DIOS Y NO ESTÉS ANSIOSO POR NADA.
CRISTO TE AMA
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